Mary

Soy una hija de Dios, psicologa supongo, pero guida por las pautas divinas de la creación. Solo quiero registrar el proceso, las curvas, el pulso de lo que va creciendo dentro de mi, y lo que va de-creciendo. Porque al final llegaré a una gran conclusión, pero no tendrá valor si olvido el camino recorrido, las piedras, los puentes, los amigos...el proceso. Todo comenzó...cuando nací de nuevo:

sábado, enero 21, 2006

Todo comenzó...

...cuando un dia, uno de los más obscuros de mi vida (digo obscuro por lo turbio) Dios, el Creador del cielo y de la tierra, el Todopoderoso, hizo lo que secretamente siempre esperé, lo que nadie habia hecho antes de forma genuina: me miró.
Toda alma anhela ser vista, completamente, y desea ser aceptada de forma incondicional. Ser amado es lo que necesita el hombre, en ser visto esta su sanidad. Eso es lo que yo buscaba, y un dia me encontré con que no era una persona la que se estaba fijando en mi, era El, ¡existía!¡y se había fijado ¿en mi?!!!.
Desde entonces empecé a conocerme más y más cada día, pues no se puede conocer uno sin conocer a Dios. Todo cambió, algunas cosas para bien, otras para mal (segun yo). Poco a poco fuí descubriendo el mundo, la vida, distinguí entre la Verdad y la mentira, entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas, conocí que tenía opciones, 2 caminos y solo yo podía decidir cuál escogía. Puedes creerlo o no, yo no creía, pero un día me acerqué a El y me postré a sus pies, y hoy puedo decirte que antes no veía y ahora VEO.

1 Comments:

  • At 9:50 p.m., Anonymous Anónimo said…

    Es cierto, nadie te mira tan profundamente como El, que desnuda con la mirada, me acuerdo hace un tiempo le escribi algo así como "la cebolla, miles de capas, llegaste al centro de un plumazo" (bien chileno).

    El ES el amado por excelencia, delante de El se puede llorar con toda el alma, como María cuando rompió el perfume de alabastro a sus pies, Que cierto!! El se detiene por ti, te habla, te mima, te abraza. Te sana.

    Dios te acurruque Mari y tambien a ti lector que lees, quien quiera que seas.

    Aleluya...

     

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