Mary

Soy una hija de Dios, psicologa supongo, pero guida por las pautas divinas de la creación. Solo quiero registrar el proceso, las curvas, el pulso de lo que va creciendo dentro de mi, y lo que va de-creciendo. Porque al final llegaré a una gran conclusión, pero no tendrá valor si olvido el camino recorrido, las piedras, los puentes, los amigos...el proceso. Todo comenzó...cuando nací de nuevo:

lunes, agosto 20, 2007

Ya basta

Soy María Luisa, estoy haciendo mi tesis para titularme de psicóloga y siempre quise ayudar a la gente con lo que mejor se hacer: escuchar. Decidí seguir a Cristo hace 5 años y me bauticé hace 4 en el Movimiento Despreciado y Desechado, una iglesia compuesta por jóvenes metaleros, punkies, góticos y otros, el cual es bastante despreciado y desechado entre la mayoría del pueblo evangélico (hermanos suyos por cierto). Puedo decir que ahí aprendí a no despreciar, a no desechar...nada ni a nadie. Desde que me convertí, mi único anhelo fue ser útil en "el Reino" (usando la terminología evangélica), que ahora entiendo no era otra cosa que desear ser una persona útil para el beneficio de otras personas. Ayudar. Dios me concedió hermosas amistades, las cuales conservo hasta hoy. Y también me concedió conocer ilusiones de amistades, que no hicieron otra cosa más que aclarar mi vista para reconocer a mis verdaderas amistades. Ambas cosas las agradezco, aunque no de muy buena gana.
Mis peores dolores los he sentido siendo cristiana y los dos golpes más grandes que he recibido en mi vida, han provenido de cristianos. Ambos personajes, curiosamente, ostentaban una pureza y superioridad santa; ambos personajes se defendían con uñas y dientes de las impuresas de este mundo...aun a costa de dañar a otros. Hoy soy radicalmente distinta gracias a esas dos experiencias: Juan y Daniela. La última me dolió más que la primera. Casi me mata.
Actualmente no asisto a ninguna iglesia, porque me aburrí de todo lo "evangélico", ya no soy tolerante y siento rechazo por la gente canuta, aquella que vive en las nubes creyendo que le hace un bien a Dios y que arrasa con la gente a su lado. Porque no la ve. También me aburrí de escuchar ese tonito de los pastores; y de los aleluyas que ahora considero inútiles, no ayudan a nadie y por lo que he conocido de Dios...creo que tales manifestaciones no le importan mucho. No diré de qué otras cosas me aburrí, por respeto a algunos.
Se que muchos dirían que soy una alejada de los caminos de Dios, y seguramente me preguntarían cuánto oro, cuánto leo la biblia, me exhortarían severamente o secillamente pondrían sus manos sobre mi cabeza y comenzarían...
Otros en cambio, serían mis amigos...simplemente.
He conocido la diferencia entre el amor verdadero y el amor religioso. Ambos tienen la misma apariencia, solo que el primero repara, en cambio el último da patadas sobre el árbol caído, y lo hace en el nombre de Dios. Esta enseñanza ha calado hasta lo más profundo de mi ser. Me ha cambiado la vida.
Mi ex-amiga Daniela, se enojaba cuando las conversaciones entre nosotros eran "poco espirituales", apagaba la música con contenidos mundanos en su casa, pues quería conservar un ambiente puro. Yo era su amiga. En mi casa, mi hermano aún escucha todo el día relatos de asesinatos, amenazas de acuchillamientos, y descripciones de sexo oral, anal y sexo violento. Todo al ritmo del rap y el hip-hop. Mi oración no ha logrado purificar mi hogar.
Yo era su amiga.
No han cambiado mucho las cosas.
Hoy, lunes 20 de agosto, en la madrugada, escribo después de escuchar a un grupo de pandilleros gritar hacia mi casa: ¡¡¡ASESINOOO!!!
Culpan a mi hermano por la muerte de uno de ellos. Lo mataron y según ellos, mi hermano le pasó la cuchilla al que lo mató. Mi hermano es inocente, pero ellos no lo saben. Y lo han visto en tantas que ya cualquiera puede culparlo de cualquier cosa.
No quiero ir a la iglesia, porque esto que cuento está lejos de ser un tema en ellas. Allá solo "adoran" a Dios.

Estoy apunto de ser psicóloga y soy cristiana hace 5 años.